Las paredes de acento se han convertido en una de las opciones más demandadas para decorar estancias. Y la mayoría tenemos una en casa.
Como indica su nombre, se trata de resaltar uno de los muros de la habitación para acompañar otros elementos. En vez de pintar la estancia de manera uniforme, la atención se centra en un punto que proporciona, además, profundidad.
No obstante, ¿cómo podemos elegir las paredes de acento? ¿De qué color o con qué material las podemos destacar? Si quieres salir de dudas, sigue leyendo.
Elegir bien la pared
En general, el objetivo de las paredes de acento es atraer las miradas de quienes entren en la habitación. Por ello, se suele destacar la pared del fondo. No obstante, hay que tener en cuenta varios detalles.
La pared debe tener unos límites establecidos. También debe tener una forma regular, sin pilares ni vigas en medio de la superficie.
Hay que evitar poner el acento en paredes con puertas o ventanas, porque dispersarán la atención que queremos focalizar.
En cambio, las paredes con chimeneas u otros elementos de diseño, como molduras, funcionan muy bien. Las paredes de acento sirven también para dar protagonismo a algún mueble, como un sofá grande o un aparador. O una serie de cuadros u obras de arte.
También podemos usar las paredes de acento para resaltar o sustituir al cabecero de la cama. Para dar la nota de color a un diseño demasiado ‘plano’. O para hacer ‘de la necesidad virtud’, aprovechando un retranqueo, y colocar ahí un comedor o un rincón de trabajo.
Cómo destacar las paredes de acento
Una vez elegida la pared, ¿cómo podemos destacarla para darle más interés visual al espacio? Las forma más sencilla –y económica- es pintándola de otro color.
Si la habitación está pintada de blanco, beige o un tono neutro, elige un color más fuerte. Así añadirás profundidad y un toque dramático a la decoración.
Antes, fíjate en las tonalidades que predominan en la estancia, para no abusar ni recargarla con más de tres colores. Una opción es elegir una versión más oscura dentro de una gama existente.
Y para que las paredes de acento queden integradas, salpica la estancia de pequeñas dosis del color elegido. Puedes ponerlo en cojines, cortinas, flores o el paspartú de las fotos.
La pintura también nos permite hacer cuadrículas o dibujos geométricos, perfectas para darle una inyección de vitalidad a un cuarto infantil, por ejemplo.
Otros materiales
Otra opción para crear paredes de acento es utilizar pinturas especiales. Por ejemplo, podemos utilizar pintura a la tiza e imantada negra para destacar la zona de comedor. Y luego escribir textos, colgar fotos con imanes, etc.
También podemos colocar otro tipo de materiales y revestimientos. Además del papel de pared, que está recuperando protagonismo, podemos utilizar lamas de madera o de imitación.
Otra opción que me encanta son las impresiones en gran formato. En una imprenta de confianza nos pueden imprimir vinilos o paneles con las imágenes que más nos gusten. Y darle, así, a la habitación un toque actual y muy, muy personal.
Y para los más ‘valientes’, ¿qué tal un graffiti?