Organizar el armario es trendy. En las librerías físicas y digitales abundan los libros sobre el tema, a modo de manuales de autoayuda. Porque el objetivo de muchos sistemas no es sólo maximizar el espacio y ordenar la casa, sino la mente. Y ganar armonía y confianza.
Sin duda, el más famoso es el Método KonMari, de la japonesa Marie Kondo, una auténtica gurú de la material. Su libro La magia del orden es un superventas desde hace meses.
Sus claves son tirar lo que no te haga feliz y doblar la ropa en horizontal. Detrás de su método hay un concepto muy zen. Y una tendencia innata para limpiar y ordenar, el katazuke japonés.
Aquí vamos a explicar algunos trucos de este y otros métodos, y de la propia experiencia. Porque independientemente de la filosofía subyacente, creemos que organizar el armario te ayudarán a poner orden en tu vida.
Aprende a desechar
Hay una ‘ley no escrita’ que dice que cuanto más espacio tienes para guardar,… más cosas guardas.
Cuando no tenía hijos, tenía prendas y objetos por todos los armarios de la casa. Sin embargo, cuando me tocó ceder el armario del cuarto infantil, reduje considerablemente su número.
Una de las premisas indispensable para organizar el armario es desechar, desechar y desechar. Esto no significa tirar. Podemos donar las prendas que estén en buen estado a una ONG, regalarlas, venderlas…
Por ejemplo, yo eliminé pantalones de varias tallas -en los que no iba a volver a entrar-. Ropa de abrigo –me mudé del norte al sur y no necesitaba tanta-. Prendas premamá, ropa de deporte, de propaganda… Y todo aquello que estaba roto, deteriorado o muy pasado de moda.
Por categorías
Previamente, hay una indicación del Método KonMari muy recomendable: organizar las cosas por categorías y no por lugar.
Es decir, no vamos a ordenar el altillo, los cajones y las estanterías. Sino a vaciar todos los muebles de la casa donde guardemos ropa. Después amontonaremos todas las prendas sobre la cama y haremos montones por categorías.
De esta manera, veremos su volumen real y también si tenemos alguna prenda olvidada, desaparecida… o varias camisetas del mismo color.
Quédate sólo con las prendas que te gusten de verdad y que te sienten bien. No guardes ropa vieja para estar en casa o «por si acaso». Y ten un espejo a mano para probarte la ropa.
Otro buen consejo es organizar los armarios a solas. Si tenemos a algún familiar o amigo al lado, empezará a preguntarnos “si vamos a tirar eso”, cogerá cosas,… y nos retrasará en la tarea.
Cada objeto, en su sitio
Una vez que hemos seleccionado las cosas que vamos a guardar, ¿cómo vamos a organizar el armario?
Es muy importante guardar cada tipo de objeto en un mismo lugar. Por ejemplo, no debemos tener zapatos en el mueble de la entrada, el altillo, bajo la cama… Todos deben estar en un sitio concreto.
También debemos separar la ropa de colgar de la ropa de doblar, como recomiendan en la Escuela de Decoración de Ikea. De esta manera, podemos ver cuánto espacio necesitamos y qué tipo de auxiliares: una cajonera, un pantalonero, etc.
No obstante, no te vueltas loco/a comprando complementos para el armario. Si tienes altura suficiente, coloca mejor una doble barra.
Es más barato y duplicarás la capacidad de tu armario. La ropa colgada ocupa menos que la doblada y se arruga menos. Y es una idea estupenda para el armario de los niños.
Ordenar las prendas
A la hora de diferenciar las prendas, debes seguir el orden que mejor se ajuste a tu estilo de vida. Las categorías más evidentes con por tipos, por estaciones, por colores,…
Pero puede resultar más práctico separar la ropa de trabajo de la casual. Así, cuando nos levantemos con prisas, no nos pondremos lo primero que veamos ni iremos a la oficina en vaqueros.
Elijas el sistema que elijas, ten la ropa de uso frecuente a mano y la que te pongas en contadas ocasiones –ropa de fiesta, p.e.- en la parte menos accesible.
Si vives en pareja, separa sus prendas y accesorios de las tuyas. Los armarios compartidos acaban siendo caóticos, porque suele haber un miembro más ordenado y otro más relajado.
Si no tenéis espacio para armarios distintos, divide el que haya en dos zonas y coloca dos cómodas: una para cada uno. Así podréis separar la ropa pequeña, que es la que más desordenada suele estar.
Compra perchas del mismo tipo y colócalas en la misma dirección. La sensación de orden será mayor. Otro truco: por la noche, coloca en una percha la ropa que te vayas a poner y dale la vuelta a la misma. Ganarás tiempo por la mañana.
Dobla las camisetas. El sistema de KonMari para hacerlo y organizar la ropa en horizontal, en vez de apilada, es sorprendente y eficaz. Sobre todo, con la ropa de los más pequeños. Te permite ahorrar espacio y ver las prendas de un solo vistazo.
Respecto a los zapatos, depende del espacio que tengas. A mí, personalmente, no me gusta guardar el calzado dentro del armario. Por higiene y porque me calzo antes de salir de casa. Me resulta más práctico tener el zapatero en la entrada.