¿Tendencia o hacer de la necesidad virtud? Combinar sillas distintas no es una moda exclusiva de algunos restaurantes. También es una solución decorativa que lleva años implantada.
De hecho, su origen hay que rastrearlo en los años 50. Cuando los espacios industriales empezaron a transformarse en viviendas. Y la escasez de recursos de los inquilinos agudizó su imaginación a la hora de reutilizar materiales.
Esta corriente experimento un repunte a partir del año 2000, cuando empezó a ponerse de moda todo lo ‘vintage’. Y sigue estando de plena actualidad.
Pero no se trata sólo de ahorrar dándole una segunda oportunidad a los muebles que encontramos en la basura. La estética cuenta. Para combinar sillas hay que tener buen gusto… y seguir los siguientes consejos.
Sillas distintas del mismo color
La forma más habitual de combinar sillas es coger varios modelos distintos y organizar la mesa del comedor. Pero hay que tener mucho ‘arte’ para que el resultado sea bueno.
Para que el conjunto quede equilibrado, lo mejor es elegir sillas con unas proporciones y volumen similar. Y con las mismas características: con barrotes, sin tapicería,… Las que están tapizadas o tienen reposabrazos son más pesadas visualmente.
Podemos combinar tonos neutros –blanco, beige, gris,…-, o materiales como madera y metal. Aunque la solución más sencilla es igualar todos los asientos con un solo color. El resultado será más ordenado.
Combinar sillas tapizadas es más complicado; los colores deben casar entre sí sin desentonar con el resto de la decoración. Por eso, lo mejor es cambiar todas las telas. Un tapizado atrevido puede dar una nueva vida a unas sillas heredadas.
Sillas iguales de colores distintos
Si queremos combinar sillas de distintos colores, lo mejor es que éstas sean iguales. Esta solución es buena si quieres darle un nuevo aire a tu comedor, pintando las sillas que tienes.
En este caso puedes ser más atrevido con los colores. Si tienes una barra de desayuno, como la de la foto, unos taburetes metálicos quedarán genial, por pequeño que sea el lugar.
Otra combinación que puedes hacer es introducir sólo dos sillas diferentes en la cabecera. En este caso puedes elegir un modelo más grande e incluso tapizado. Quedará muy elegante.
Prueba también a poner un banco de madera en un lado de la mesa y varias sillas similares en el otro. Elige, por ejemplo, unas sillas metálicas de jardín.
Materiales como la pintura a la tiza facilitan mucho la tarea de pintar unas sillas. No necesita imprimación y la gama de colores es muy amplia.
Pero no lo recomiendo si tenemos unos asientos que tengan cierto valor, heredados o comprados en un anticuario.
En este caso, encarga su restauración, si la necesita y merece la pena. Y combínalos con otras sillas cuyo color y aspecto sí puedes modificar. También puedes completar el conjunto de comedor con sillas transparentes.
Respecto a la mesa, elige una de líneas sencillas y con patas finas. Las sillas ya destacan bastante, así que no le des demasiado protagonismo.