Relajante, luminoso, acogedor. Y nunca pasa de moda. El estilo ibicenco es algo más que una tendencia. Es un estilo de vida que busca estar en armonía con uno mismo. ¿Quieres conocer sus claves, para adaptar una habitación o un apartamento de verano? ¡Toma nota!


Todo al blanco

Lo primero que nos viene a la cabeza cuando escuchamos la palabra “Ibiza” es el color blanco. Pensamos en muros y terrazas encalados. Aunque este color no se utiliza solo en las fachadas exteriores. Ilumina y amplía los espacios interiores, a la vez que contagia paz y tranquilidad.

También transmite una sensación de sencillez y pulcritud, típica del estilo ibicenco. Y es el lienzo perfecto para jugar con otros elementos naturales, como vigas, ventanas y muebles de madera.

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Sofá EKTORP de Ikea: intemporal, cómodo, y fácil de lavar y combinar.

Color en los detalles

Otra ventaja del blanco es que combina perfectamente con cualquier tono, aunque dejaremos estos toques de color para los complementos. Coloca un sofá blanco y decóralo con unos cojines turquesa, que recuerdan al mar y al verano. Y no olvides colocar un llamativo kilim a sus pies. Los estampados étnicos también son muy apropiados para ese estilo.

Además, para romper con el blanco, aplica pequeñas pinceladas de azul añil, tan típico del estilo mediterráneo. Puedes pintar una puerta o las ventanas, por ejemplo.

Tejidos naturales

Es importante que los textiles sean de algodón o lino, que no dan calor y refrescan el ambiente. También puedes poner algún elemento de crochet, como un plaid para los asientos. Y no puedes olvidar de la cerámica y el vidrio en jarrones, platos,…

También tienen gran protagonismo el mimbre y otras fibras naturales en asientos, cestos, alfombras,…

No te pases con los adornos, porque el estilo ibicenco tiende al minimalismo. Todo es sea práctico y funcional, sin excesos. Sí puedes darle a la estancia un toque personal con algún elemento hecho por ti.

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Textiles de Zara Home, de lino azul.

Aspecto artesanal

Otra característica del estilo ibicenco son los acabados curvilíneos de las construcciones, así como una distribución de espacios ‘improvisada’. La razón que es las casas tradicionales (payesas) se levantaban de forma artesanal. Y se iban añadiendo estancias a medida que hacían falta.

Puedes conseguir ese efecto en tu vivienda dando a las paredes un acabado irregular y redondeando esquinas. Otro de los elementos típicos del estilo ibicenco es el arco. Puedes sustituir alguna puerta por uno.

Y puestos a hacer reformas, abre algún hueco u hornacina en la pared, o encarga una estantería o asientos de obra. Deja algún muro a la vista o simúlalo con plaquetas decorativas. Coloca baldosas de barro o recurre al cemento pulido para revestir el suelo.

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Panel de poliuretano con acabado imitación piedra en Leroy Merlin.

Muebles de obra

Respecto a los muebles, ya hemos adelantado algunas pistas en este sentido. Combina un sofá blanco con piezas de madera, con un acabo natural y rústico.

Puedes encargar un armario de obra encalado, por ejemplo, y colocar unas puertas con las vetas y nudos muy marcados.

Busca una mesa auxiliar o de café original, con un toque étnico. Y recupera piezas familiares, de rastrillos o de segunda mano decapándolas. El resto de piezas deben ser sencillas y de líneas rectas.